War Horse


Durante el comunicado de prensa en el que Spike Lee promocionaba su aquel entonces nueva película llamada “Do the Right Thing” en Cannes, un reportero le pregunta cual es el afán de acabar un filme de manera trágica y lamentable. Lee contesta que no es una historia feliz diciendo, “This is not a Steven Spielberg movie”. Esto lo dice con una sonrisa en el rostro y una pisca de sarcasmo, y eso es lo que me molesta, de la misma manera que me molesta la forma en como Terry Gilliam se queja de “Schindler’s List” por contar una historia de esperanza dentro del Holocausto. Me molesta la actitud hostil que toman hacia Spielberg, pero lo chistoso es que el contenido de sus comentarios no me molesta para nada ya que son ciertos. Ciertamente Spielberg hace películas sobre esperanza y amor que nos hacen sentir bien ante la vida, pero la duda que yo tengo y nadie me ha sabido contestar es ¿Qué tiene de malo hacer filmes de este tipo? ¿Acaso les molesta que evade temáticas mas trágicas? Si quieren ver historias tristes vean cine mexicano, o mejor aún, vean las noticias de las 10pm. para que vean lo cruel y despiadada que es la realidad mundial, y discúlpenos a los que queremos entrar a la sala y olvidarnos poquito de ello y simplemente pasarla bien. Sin embargo, los filmes de Spielberg no son así de sencillos, son conmovedores relatos que exploran la magnitud del corazón humano y como enfrenta a la maldad del mundo y prevalece al final, por lo menos ese fue el caso con “Schindler’s List”, y ahora lo es con “War Horse”, su nueva película que obtuvo una nominación de relleno al Oscar de Mejor Película del 2011 (Nominación de relleno son las cinco películas que no tienen ni la menor posibilidad de ganar, pero la academia las usan para llenar el espacio de las diez nominaciones, aunque este año fueron cuatro).

“War Horse” es una película que sigue a un caballo llamado Joey, y de esta manera explora, aunque sea brevemente, los actos e intenciones de sus diferentes amos y como enfrentan los horrores de la Primera Guerra Mundial. Lo interesante es que no todos sus amos son de un bando, sino cambia de un lado a otro de las trincheras y vemos que independientemente de que lado están, todo soldado es un ser humano que no obtiene orgullo en matar a otros soldados, pero solo esta presente cumpliendo su deber y hace lo que esta obligado hacer.

El filme comienza con el nacimiento de Joey en una granja mientras que un joven llamado Albert observa con asombro. Tiempo después el caballo crece y es comprado en una subasta por el papá de Albert para que lo ayude en el campo, a pesar de que este tipo de caballos no son buenos para eso.Albert cría y ama a Joey, le enseña, lo instruye, juega con él, y finalmente lo pone a trabajar. Lamentablemente dos cosas pasan que los separan de manera indefinida. La primera es que la familia de Albert ocupa dinero para pagar la renta, y la segunda es que se desata la Primera Guerra Mundial. En base a ambas circunstancias el papá de Albert, quien a pesar de estar regularmente borracho toma una decisión lamentable, pero astuta: Vender al caballo al ejército británico y con ello pagar la renta. Esto le rompe el corazón a Albert, tanto que conmueve al soldado que lo compró y le promete regresárselo una vez terminando la guerra.

De aquí en adelante comienza la odisea de Joey, pasando de un amo a otro, y finalmente quedar en medio de plena guerra. Cualquiera que buscara emociones de la manera barata y fácil mostrara a sus amos como horribles monstruos que torturan y mal tratan al caballo, pero todos son personas gentiles con un gran respeto al animal y a lo hermoso que realmente es, tanto británicos como alemanes. Sin embargo, hay una escena lamentable en la que Joey, junto con otros caballos, son utilizados para jalar tanques de guerra demasiados pesados para ellos, y cuando un caballo se rinde lo sacrifican ahí a plena vista. No hay nada humano sobre dicho acto, pero supongo que en medio de la guerra, lo último en lo que puedes pensar es en el bienestar de un animal, especialmente cuando tu no eres el que lo está cuidando. Es triste.

El filme contiene escenas de acción sumamente intensas, pero no llegan al grado de los primeros 25 minutos de “Saving Private Ryan” ya que este filme es, a pesar de todo, un filme familiar. Vemos posiblemente la misma cantidad de muertes, pero es sorprendente la diferencia que hace el que no haya sangre ni gore. Aun así, Spielberg no es tímido ante dichas circunstancias, y las escenas de guerra son brutales y sin piedad. A tal grado que hay una escena casi en la que Joey se desespera, se pone histérico, corre, y corre, y corre a través del campo de batalla. Es un animal, pero podemos sentir que está asustado, cansado y enfadado por todo lo que ha pasado. Y sin dar muchos detalles hablaré brevemente de una chistosa y emotiva escena en la que dos soldados se acercan deliberadamente al campo de batalla para ayudar a Joey, uno alemán y otro británico. Esta escena, lo que pasa, como los soldados manejan la presencia de otro, lo que dicen, lo que no se dicen, como ayudan al animal, como se ayudan a sí mismos, etc. Todo esto ilustra como la guerra no es individualista, sino un todo caótico formado por gente inocente que lo único que quiere es seguir adelante con sus vidas en paz, sin tener que matar a su prójimo.

Las últimas tres películas de Spielberg son historias pertenecientes a géneros que cada vez van muriendo más y más con el tiempo, remplazados por acción violenta, sangre, obscenidades, gore, monstruos, sexo, y tragedias extremas. Con “Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull” y “The Adventures of Tin Tin” exploró el inocente género de aventura que él creó años atrás. Con “War Horse” nos trae una inocente película de buen corazón con la que hace tributo a las películas épicas del viejo Hollywood. Siento como si Spielberg ve venir el fin de dichos filmes, y en sí de los géneros, y decide hacer un último acto de lealtad. Otra cosa que me viene a la mente es que Spielberg ha afirmado que será el último director que deje de usar celuloide, y ahora con la muerte de Kodak se acerca el momento en el que tome una cámara digital por primera vez. No se por que sentí esa nostalgia en las ultimas tomas del filme, las cuales me recordaron a esa famosa toma del atardecer de “Gone with the Wind”. Aunque bueno, viene otro filme épico en camino con “Lincoln”. Tal vez “War Horse” fue una manera de decir, “Lo veo venir, y lo aceptaré cuando llegué, así que voy a intentarlo lo mas que pueda antes de que desvanezca”. Ser un cineasta romántico no es un problema siempre y cuando aceptes que el cambio viene, Spielberg lo ha aceptado, y regocija antes de que llegue trayéndonos esta fascinante película.

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